Resumen de la VII Reunión de los Agrónomos 112 en San Sebastián /Donosti en octubre 2025
Resumen del VII Encuentro de la Promoción 112 en San Sebastián/Donostia (21-23 octubre 2025)
Como ya es costumbre comenzó la reunión el primer día por la tarde en el hotel, esta vez en el precioso Niza de la ciudad donostiarra. Nos encontramos dieciséis compañeros y nuestra querida Carmen, con la baja de última hora de Alberto González Moreno y Nazly por encontrarse él enfermo. También se sumaron doce cónyuges que no quisieron perderse la fiesta. Aprovechando que hacía calor por la tarde, incluso algún valiente o inconsciente (Eduardo Colina) se compró un bañador y se remojó en la playa, dimos un agradable paseo hasta el puerto, y en la Sociedad Gastronómica Gaztelubide, gracias a que uno de los organizadores locales era socio (Josecho Aizpurúa), nos ofrecieron una excelente cena a base de una ensalada exquisita de un tomate local, pelado y sazonado con mimo, una memorable sopa de pescado seguida de merluza a la koskera y una cuajada natural de postre. Aunque esperábamos mucho de la cocina vasca la cena superó todas las expectativas. El cocinero Julián salió a saludar como estrella de rock llevándose un aplauso y haciéndose fotos con muchas entusiastas.
Al día siguiente, que salió muy bueno, tomamos el autobús para ir a Zumaia donde nos esperaba un barquito para ver desde el mar el famoso flysch (formación geológica de capas alternando rocas duras y blandas) de la costa. Algunos no se atrevieron con lo del barquito y se fueron a ver esa maravilla por tierra. Tuvimos algo de emoción al salir de la ría al mar abierto donde nos esperaba una pequeña muestra de olas que hacían honor al Cantábrico, lo que causó cierta nerviosa hilaridad y algún que otro “¡Ay, madre!”, pero luego el mar se calmó y pudimos disfrutar de la vista de la costa y de las explicaciones de una guía muy versada. A mí me gustó mucho el paseíto y la referencia a la capa de iridio de 3 mm, que es la muestra del meteorito que cayó en el golfo de Méjico produciendo un invierno nuclear en toda la tierra hace 66 millones de años, y que se encuentra en el flysch de Zumaia.
Después de estas emociones, disfrutando del día y paisajes magníficos por Guetaria, llegamos a Zarauz para visitar la bodega Talai Berri (nueva atalaya), una bodega pequeñita, muy coqueta, donde se elaboran diferentes chacolíes (txakolis), blanco, rosado y rojo y además, vermut rojo y blanco. La dueña Onditz Eizaguirre respondió en la bodega a las complejas preguntas de nuestros compañeros más entendidos. Después, en la terraza, donde se veía un paisaje muy pintoresco de las viñas alrededor, degustamos los diferentes caldos producidos, junto con unas tapas de chorizo, bonito y queso Idiazábal muy ricos. Posteriormente nos desplazamos a San Sebastián para comer algo más y descansar o pasear hasta las 20h.
A esa hora, dirigidos por Dioni, nos desplazamos en bus a la sidrería Lizeaga de Astigarraga. A algunos les sorprendió el ambiente distendido y popular de una típica sagardotegia guipuzcoana donde probamos numerosos manjares, destacando de nuevo un tomate muy rico, chorizo a la sidra y un bacalao con pimientos excelente, todo regado con una estupenda sidra.
Al día siguiente amaneció con una fuerte galerna del Cantábrico. Ráfagas de viento fortísimas (fuerza 7-8 en la playa) acompañadas de lluvia, que llegaron a tronchar numerosos tamarices (Tamarix gallica, árbol simbólico de Donostia, mal llamado tamarindo). Llegamos como pudimos a la Iglesia de santa María donde celebramos en la capilla de la Virgen del Coro una misa por los compañeros, cónyuges y profesores fallecidos. Por cierto, que el cura tuvo unos lapsus de humor (negro) sorprendentes. ¡Creía que 112 era el número de compañeros fallecidos! Nos dejó anonadados. Se trata de un experto en arte que nos explicó detalladamente el origen de la iglesia y su relación con la ciudad.
Posteriormente, el cielo parecía haberse calmado un poco, incluso a veces salía el sol (¿fue gracias a nuestras oraciones?), y nos esperaba una guía de Turismo para darnos un paseo por la ciudad explicando detalladamente los edificios y monumentos más relevantes. Con el suelo tan resbaladizo por la lluvia, hubo alguien que se cayó causando el consiguiente susto y preocupación, pero afortunadamente fue sin consecuencias.
Posteriormente fuimos a comer al Real Club Náutico de San Sebastián (esta vez sí) donde Elena Letamendía, socia del Club, y otro socio (Josecho), nos abrieron las puertas como buenos anfitriones. El edificio es histórico, en forma de barco, de los arquitectos Aizpurúa y Labayen (el primero tío de nuestro compañero), un ejemplo destacado de la arquitectura racionalista de los años treinta y al estilo de la Bauhaus. En la comida destacaron las carrilleras servidas y el postre, pero lógicamente no fue como la de Gaztelubide.
Por la tarde fuimos en bus a ver el famoso Chillida Leku, finca ajardinada dónde están expuestas numerosas obras del gran escultor donostiarra. También esta vez tuvimos guías que nos ayudaron a entender la complejidad de sus obras y explicarnos la vida y la idiosincrasia de Eduardo Chillida. Tiene obras expuestas en todo el mundo, especialmente en Alemania, Inglaterra y EE.UU. Los materiales que usaba son muy diversos; acero Corten, granito egipcio, yeso aragonés…generalmente muy pesados. A mí me gustó concretamente la enorme pieza “Buscando la luz” en acero, que pesa 16 tm (ver fotos). También me llamó la atención el jardín de la entrada, obra de un jardinero holandés con especies muy poco frecuentes. Por cierto, que Dioni conoció personalmente al famoso escultor cuando tuvo que venir a la finca a tratar un cedro atacado por Armillaria.
Devuelta en Donostia empezaron las despedidas, pero los que nos quedamos por la noche, unos diecisiete, nos fuimos a tomar unos pintxos, y algunos seguimos departiendo un poco más en un bar de rockeros.
Solo queda repetir los agradecimientos por la detallada y cariñosa gestión de los organizadores locales; Dioni Berra y Josecho Aizpurúa, que al principio se mostraron remisos, pero luego se vinieron arriba y les ha salido una reunión perfecta, ¡incluso han llegado a controlar el tiempo meteorológico!... También a Federico Pozuelo que aportó su experiencia como anterior organizador y, por supuesto,a la habilidosa gestión de nuestro tesorero Juan de Dios Martínez, que esta vez le hemos hecho sufrir algo más que las otras.
Queda dilucidar si el próximo año celebramos el encuentro en Jaén, Jaén-Córdoba o en Florida (¡ni más ni menos!). Se hará una encuesta oportunamente para saberlo.
Carlos Zaragoza Larios
Aquí se pueden ver las fotos realizadas por varios compañeros:
https://photos.app.goo.gl/1jFX2HycBfBtStZ1A